Al cierre del año pasado, la economía de México confirmó que se encuentra en una fase recesiva, según el Sistema de Indicadores Cíclicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Esto no significa que la actividad económica del país ya atraviesa por una recesión técnica, sino que la tendencia del aparato productivo nacional es descendente y se ubica en una brecha negativa.

Los factores que ocasionaron que México entrara en fase recesiva del ciclo económico fueron la debilidad manufacturera, el pesimismo empresarial para invertir, la depreciación del peso frente al dólar y la incertidumbre en el mercado bursátil en México.

El Indicador Adelantado que publica el INEGI se ubicó en 99.69 puntos en diciembre de 2024, colocándose por tercer mes consecutivo por debajo de su tendencia de largo plazo de 100 puntos.

Con dicho nivel, el indicador -que busca anticipar los puntos de giro del estado general de la economía (ciclos económicos)- cayó 0.13 puntos, hilando ocho meses con bajas.

Diferencias con la recesión

Si el indicador se ubica por debajo de los 100 puntos y con una tendencia de disminuciones en su valor, se interpreta que el ciclo de la economía nacional está en una fase recesiva, que no es igual a una recesión técnica, pues para entrar en dicho periodo se requieren dos caídas consecutivas del PIB, más la contracción de los principales indicadores macroeconómicos.

El Sistema de Indicadores Cíclicos utiliza una metodología de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Este sistema muestra que la economía se encuentra en fase recesiva por tercer mes consecutivo. Esto no confirma una recesión, puesto que le compete al Comité de Fechados de Ciclos Económicos el determinar la fase del ciclo económico de México


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