Documentos y entrevistas revelan que narcotraficantes mexicanos extraditados a EEUU siguieron informando que dinero de la droga fue enviado a la campaña de 2006 del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero no se investigaron esas acusaciones.
Cuando el Departamento de Justicia clausuró una investigación secreta sobre acusaciones de que narcotraficantes financiaron la primera campaña presidencial del líder de México, Andrés Manuel López Obrador, los funcionarios en Washington cerraron el caso contundentemente.
Durante los años que siguieron a esa decisión de 2011, agencias policiales de Estados Unidos continuaron escuchando informes similares, incluido los relatos de por lo menos cuatro traficantes mexicanos de alto nivel que dijeron que sus bandas ayudaron a financiar la maquinaria política de López Obrador a cambio de promesas de protección oficial, según muestran documentos y entrevistas.
Sin embargo, los investigadores estadounidenses no dieron seguimiento a esas alegaciones, en parte porque veían poco apoyo en Washington para un caso de corrupción contra un importante líder político mexicano, dijeron oficiales actuales y antiguos.
“Hicimos lo que pudimos y no quisieron tomar el caso”, dijo un antiguo investigador de la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de la investigación que durante 18 meses indagó en la campaña de López Obrador en el 2006. “Eso fue todo; nadie tenía ganas de llevarlo adelante”.
López Obrador perdió esa primera elección presidencial y una segunda en 2012 antes de ser elegido en 2018. Un duro crítico de la política de sus predecesores de librar una “guerra” con los traficantes con apoyo de los Estados Unidos, él prometió usar programas sociales — “abrazos, no balazos” — para disuadir a los jóvenes mexicanos de unirse a las mafias. Sin embargo, su presidencia ha visto crecer el crimen organizado como nunca antes.
El presidente ha negado que su campaña de 2006 recibió dinero de los traficantes. Insistió en que los recientes informes sobre la investigación de la DEA resultaron de una conspiración para debilitar a su partido político antes de las elecciones nacionales del mes pasado. Pero la preocupación por los posibles vínculos mafiosos de al menos un miembro de su equipo de campaña de 2006 también ha surgido dentro de su propio gobierno.
La candidata del partido de López Obrador, Claudia Sheinbaum, ganó la elección presidencial por una amplia mayoría. Aunque la violencia fue un asunto central en la votación, ella ha indicado que seguirá políticas similares contra el crimen organizado.
La investigación de la DEA comenzó en abril de 2010, tras el relato de un traficante convertido en informador, que habló en detalle para los agentes de la negociación y entrega de unos $2 millones a la campaña de López Obrador en 2006. El caso terminó cuando el Departamento de Justicia rechazó una propuesta de la DEA para una operación encubierta en México para implicar a la campaña del futuro presidente.
Después de que el Departamento de Justicia clausurara la investigación, varios traficantes de alto perfil extraditados a Estados Unidos les ofrecieron a los investigadores más información sobre el trato de las mafias con la operación política de López Obrador. Pero, según documentos no divulgados anteriormente y entrevistas con más de una docena de funcionarios actuales y antiguos de los Estados Unidos, casi toda esa información fue archivada o ignorada.
Aunque los detalles del caso se mantuvieron en secreto, un círculo más amplio de agentes era consciente de que una investigación a la campaña de López Obrador había sido abortada, en parte por los posibles riesgos que suponía para la relación de Estados Unidos y México. En otras instancias, dijeron investigadores, simplemente se concentraron más en la información que podían extraer de los traficantes sobre sus asociados criminales y el movimiento de sus drogas. Debido a lo delicado del caso de López Obrador, los funcionarios solo quisieron hablar del asunto bajo condición de anonimato.
El traficante nacido en Estados Unidos que donó los $2 millones a la campaña de López Obrador, Édgar Valdez Villarreal, conocido como “La Barbie”, fue capturado por las autoridades mexicanas en 2010, justo cuando la investigación de la DEA estaba progresando. Pero cuando él y algunos de sus lugartenientes fueron extraditados, el caso ya estaba cerrado.
Traducido por Deya Jordá. Revisado por Carmen Méndez.
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