14 de febrero de 2025
Elon Musk se ha convertido en uno de los empresarios más ricos del mundo, pero también en uno de los más poderosos por su cercanía con figuras políticas como Donald Trump. Gracias a esta imagen, Musk ha conseguido que el internet satelital de su compañía, Starlink, se erija casi como un monopolio global, al estar habilitado en gran parte de las naciones, debido a que los propios gobiernos apuestan por su servicio.

Solo basta mirar un mapa y observar cómo la mancha de Starlink se amplía por todos los rincones del mundo. En menos de cinco años, el internet satelital del multimillonario ha logrado posicionarse en 118 países de los 195 que existen actualmente, según datos del informe anual de la compañía de 2024. Los rincones a los que no ha podido llegar corresponden a naciones con las que Estados Unidos mantiene una relación ríspida o de bloqueo comercial. Por ejemplo, esto pasa en China, Rusia, Irán, Afganistán, Siria, Egipto, Libia y Argelia, de acuerdo con el mapa de cobertura de Starlink.
El rápido poderío del internet satelital de Starlink se enmarca en una de las grandes necesidades y pendientes de los Estados: habilitar internet en zonas remotas. La conectividad en estos sitios ha implicado desafíos económicos y humanos para desplegar infraestructura, mientras que un acceso vía satélite, como Starlink, representa menores inversiones al no requerir la instalación de infraestructura física.

Agregar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *