Mark Zuckerberg puso a temblar a todos los maridos del mundo al presumir la escultura que mandó a hacer para regalarle a su esposa sin motivo aparente.
El magnate de Meta pidió a Daniel Arsham una estatua de dos metros y medio idéntica a su esposa con la que asegura está “recuperando una tradición romana” en la que los patricios mandaban a hacer obras de arte de sus esposas.
La obra que presumiblemente sería de mármol y plata, fue colocada en el jardín donde vive la familia Zuckerberg, y aunque la mayoría ha aplaudido el detalle, hay quienes señalan que es una acción que busca inflar el ego del empresario.
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