El presidente Donald Trump ha informado a su círculo íntimo, incluidos miembros de su Gabinete, que Elon Musk se retirará en las próximas semanas de su papel actual como socio clave del presidente y figura cercana al Ejecutivo, según tres fuentes cercanas a la Casa Blanca.
Aunque Trump valora el trabajo de Musk en su iniciativa de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ambos habrían acordado que es momento de que el magnate regrese a sus empresas y adopte un rol secundario. La posible salida coincide con fuertes críticas dentro y fuera de la administración, donde muchos ven a Musk como un riesgo político debido a su imprevisibilidad. Este malestar se intensificó tras la derrota por 10 puntos de un candidato judicial en Wisconsin respaldado públicamente por Musk, quien invirtió 20 millones de dólares en la campaña.
Según fuentes cercanas al Gobierno, Musk mantendrá una asesoría informal, pero dejará de ser una presencia constante en la Casa Blanca.
Sus métodos disruptivos, especialmente con publicaciones en X o apariciones públicas, han generado tensiones con secretarios del Gabinete y la jefa de gabinete, Susie Wiles. No obstante, en una reunión el 24 de marzo, Trump elogió a Musk como un «patriota», y varios funcionarios aplaudieron su cruzada contra la burocracia.
Musk confirmó hace unos días que los objetivos de reducir el déficit en un billón de dólares se cumplirán pronto. Trump, por su parte, aseguraba que «en algún momento, Elon querrá volver a su empresa». Los defensores de Musk dentro de la administración creen que es el momento adecuado para una transición. Según fuentes cercanas, es probable que la transición coincida con el fin del periodo de Musk como «empleado gubernamental especial», un estatus especial que lo exime temporalmente de ciertas normas éticas y de conflicto de intereses.
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