Si el principio de no injerencia en asuntos internos de otros Estados le sirvió al presidente de México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, para justificar su silencio ante las violaciones a los derechos humanos, políticos y electorales en Cuba, Venezuela y Nicaragua, ¿por qué el mandatario se brincó ese mismo precepto clave de la política exterior mexicana y decidió inmiscuirse en cuestiones internas de Ecuador, Argentina, Perú y Bolivia?
Pese a que México perdió su rango de referente de política exterior para América Latina y el Caribe en la primera década del siglo XXI, con las presidencias de Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), el proceso siguió con la de Enrique Peña Nieto (2001-2018) y se apuntaló con mayor fuerza con López Obrador, a partir de 2018.
En un pedestal al que subió en el siglo XX, México forjó independencia en esa época en el mundo bipolar —EU, líder capitalista, y la Unión Soviética (desapareció en 1991), bastión comunista— con iniciativas como lograr, en 1967 en la capital mexicana, proscribir las armas nucleares en América Latina y el Caribe.
Sin ser “no alineado”, México buscó equidistancia con Washing– ton y Moscú y defendió la soberanía regional ante ambos bloques. En un caso que se sumó al roce de López Obrador con la no injerencia, al aplicarla a unos países y a otros no, el más reciente choque estalló anteayer con Ecuador. Ante estos y otros cuestionamientos, el gobierno mexicano se ajustó estrictamente a su respeto a la no injerencia.
Quito declaró ese día non grata a la embajadora de México en Ecuador, Raquel Serur, en repudio a que, el miércoles pasado, López Obrador cuestionó los comicios presidenciales y legislativos de agosto y octubre de 2023 en ese país. El presidente adujo que un asesinato político en esa campaña perjudicó a la opositora izquierdista Luisa González, a la que definió como candidata progresista del opositor Movimiento Revolución Ciudadana. El comentario molestó al gobierno del presidente de Ecuador, el derechista Daniel Noboa, ganador de la contienda.
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