Roberto Díaz de León, presidente de la Onexpo, dice que la eliminación de la regulación asimétrica a la estatal llevará a un alza de los precios de las gasolinas y un freno al desarrollo del sector.
Los empresarios gasolineros ya avizoran un mercado de combustibles de nueva cuenta dominado por la estatal Pemex y en el que la competencia se determinará por la capacidad de los participantes privados para hacer cara a la nueva realidad del sector, marcada por los cambios para fortalecer a la petrolera.
El gobierno federal hizo oficial, con la publicación ayer en el Diario Oficial de la Federación (DOF) de la reforma al artículo décimo tercero transitorio de la Ley de Hidrocarburos, la eliminación de una serie de reglas impuestas a la compañía estatal tras la reforma energética, y que tenían como objetivo dar paso a la entrada de nuevas empresas al mercado de combustibles y limitar el poder monopólico de la estatal.
Roberto Díaz de León, el presidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), el principal organismo representante del sector gasolinero, admite que las compañías privadas ya esperan de nuevo un mercado monopólico liderado por Pemex. Y con esto, señala algunas posibles consecuencias como precios de los combustibles al alza y un freno al desarrollo de infraestructura.
“Nosotros advertimos un riesgo con este decreto ya promulgado, que es la reconcentración de funciones, cuyo efecto pudiera ser la configuración de un mercado monopólico de petrolíferos, esto es, que la empresa productiva del Estado vuelva a capturar de manera ilimitada el mercado de los petrolíferos en la parte principalmente que a nosotros nos impacta, que son las gasolinas y el diésel”, dice. “No podemos perder de vista las posibles consecuencias de un mercado monopólico y por eso necesitamos seguir trabajando con reglas claras y piso parejo”.
Las intenciones de la administración federal han sido claras desde el inicio del sexenio, y el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha desistido en su intento por fortalecer a Pemex en los mercados en los que ahora participan compañías privadas, principalmente en el de venta de gasolinas. Y ahora, con un cambio de regulación, los gasolineros privados comenzarán a enfrentarse a un mercado en el que la petrolera estatal ya no tendrá reglas rígidas en su operación, como lo fue tras la entrada en vigor de la reforma energética y que les permitió un acceso más sencillo al mercado.
Con la entrada en vigor del acuerdo, Pemex estará sujeta a reglas más laxas para comercializar gasolinas, diésel y otros petrolíferos. Por ejemplo, ya no deberá publicar el precio en que vende la gasolina a los comercializadores, podrá poner condiciones en sus ventas y sus contratos con clientes ya no deberán de ser revisados por la Comisión Reguladora de Energía.
Y con esto, las compañías privadas se enfrentarán a un nuevo escenario y una dinámica de mercado hasta ahora desconocida, en el que deberán ajustar sus estrategias comerciales y convencer con mayores argumentos a sus clientes para hacer frente a las ventajas que tiene Pemex como agente preponderante, dice Díaz de León.
El cambio ya era esperado, aunque sí tomó por sorpresa a una fracción del sector gasolinero. El discurso presidencial ya hacía preámbulo a los cambios y la regulación, que emana de la reforma de 2013, y afirmaba que la serie de reglas rígidas a Pemex se quitarían una vez que el mercado fuera suficientemente maduro para que las empresas pudieran competir sin problema con el gigante estatal.
“No nos debiera de extrañar porque ha sido parte del discurso presidencial, desde el principio el presidente ha mencionado en diferentes ocasiones y en diferentes momentos la intención de fortalecer a Pemex y esto tiene como consecuencia un fortalecimiento de Pemex”, menciona el representante gasolinero. “En su lógica, tienen razón, ya que se dio oportunidad a los privados de invertir en infraestructura, y hoy que Pemex ya ha perdido participación importante en el mercado, quiere capitalizar al máximo su infraestructura. Lamentablemente hay algunas empresas que no tuvieron la visión de desarrollar infraestructura y ahí serán poco competitivos».
Pero algunos consideran que el cambio sí llegó antes, sin un mercado maduro y con compañías privadas que aún no afianzan del todo su presencia en el sector y que los cambios sólo devolverán a la estatal al centro del mercado.
La ley establecía que Pemex debía de ser eximida de estas reglas hasta que al menos 30% del mercado de gasolinas y diésel estuviera en manos de compañías privadas, pero hasta el inicio de este año las empresas distintas a Pemex sólo sostienen el 19% de la comercialización de gasolinas y el 29% del diésel, de acuerdo con la Comisión Federal de Competencia, que se ha opuesto a la medida impulsada por Manuel Rodríguez, el presidente de la Comisión de Energía de Diputados.
Las nuevas reglas ya han sido echadas a andar desde ayer miércoles, aunque éstas, como el resto, corren el riesgo de ser suspendidas si es que compañías del sector deciden ampararse y los jueces optan por dar razón a los privados.
Este es el segundo cambio que los participantes del mercado de hidrocarburos enfrentan en menos de un mes. El primero, una reforma desde el ejecutivo que aumenta las variables para cancelar un permiso, ya fue detenida por jueces especializados en competencia.
En tanto, los gasolineros, dice el representante de Onexpo, continúan un diálogo con el gobierno federal para aclarar una serie de puntos que han traído más incertidumbre al sector. Los empresarios del sector buscan resolver algunos puntos como la capacidad de almacenamiento de combustibles –que se ha impuesto como un requisito para dar nuevas autorizaciones, pero que pocas compañías podrían cumplir–, las razones de suspensión y revocación de permisos –con los cambios se incluyen cancelación de autorizaciones por seguridad nacional y seguridad energética– y el trato que se la dará a la inversión que fue comprometida antes de la emisión de las nuevas reglas.
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