¿Qué se puede pensar de un gobierno donde el crimen organizado se mueve a sus anchas?
El pasado mes de marzo, el general Glen VanHerk, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, hizo una explosiva declaración: En México, el crimen organizado controla entre el 30% y 35% del territorio nacional.
De inmediato, el Presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó que las organizaciones criminales operen en zonas sin gobierno, como denunció VanHerk.
Pero el general estadounidense no estuvo lejos de esa realidad por la estrategia que ha generado suspicacia: “Abrazos, no balazos”.
Mientras este lunes López Obrador pedía canciones en su mañanera, un cártel amenazaba a diversos medios de comunicación, en especial a la periodista Azucena Uresti.
Lo anterior lo hizo quien dijo llamarse Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
¿Qué hará el gobierno de López Obrador? ¿Cumplirá el Artículo 6 de la Constitución y demás leyes que garanticen la integridad de la comunicadora?
Las redes sociales se volcaron en muestras de solidaridad expresadas por periodistas, dirigentes políticos y ex presidentes de México.
Demandaron medidas de prevención y protección que garanticen la vida, la libertad y seguridad de la periodista.
El último informe de Reporteros Sin Fronteras indica que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en América Latina.
De ninguna manera debe sorprender la postura del crimen organizado en contra de los reporteros. El ejemplo lo pone el Presidente todos los días donde censura el trabajo periodístico.
Por eso creó la sección “Quien es quién en las mentiras”, para supuestamente desmentir las informaciones adversas a su gobierno, lo que de ninguna manera significa que sean falsas.
El Mandatario actúa en forma elitista todas las mañanas al escoger él a los reporteros que le son afines para que le realicen preguntas cómodas.
Su vocero, Jesús Ramírez, no tiene cercanía con los comunicadores que cubren las mañaneras… por el contrario, ordena a sus colaboradores a que realicen turnos que tardan hasta 15 días para que un reportero incómodo acceda a cuestionar al Presidente.
Recientemente la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, contrató como director de Comunicación Social a Sebastián Ramírez, cuyo único mérito ha sido el de calificar a la prensa de México como “inmunda”.
Está claro que al presente régimen le incomodan los periodistas críticos. Es falsa su cantaleta de que se respeta la libertad de expresión.
Jesús Ramírez no tuvo opción más que salir a decir lo obligado:
“Ante las amenazas a medios de comunicación por parte del CJNG, el @GobiernoMX tomará medidas pertinentes para proteger a periodistas y medios”, dijo Ramírez en una aparente defensa.
¿Cuándo lo ha hecho?, ¿Qué postura adoptará López Obrador?, ¿A quién defenderá?
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