Al igual que cada vez más padres y madres de familia, hemos visto con asombro la audacia con la que las autoridades estatales han hecho entrega de los panfletos de pasatiempos que quieren hacer ver como material educativo.

Podríamos enlistar una serie de errores, comenzando por los errores en las fechas (que muestran el año 2022) y que se maneja para varios grados como tercero, cuarto y quinto de primaria exactamente el mismo contenido, pero quizá el peor error de los cuadernillos, es la alevosía con la que fueron entregados pensando que engañarían a las y los chihuahuenses, a quienes, por cierto, la propia Secretaría de Educación y Deporte confirma que no consultó, lo que nos hace dudar acerca de las afirmaciones que la gobernadora hizo respecto a que, más del 95 por ciento de la población chihuahuense despreciaba los nuevos libros.

Esto queda por escrito para la posteridad en un oficio que da respuesta a diversos cuestionamientos que se le hacen a las autoridades educativas buscando tener un poco más de información respecto a la estrategia que seguirían ante la negativa de repartir los nuevos libros de texto gratuitos, buscando quizá dejar de tildar esta negativa como un capricho. Nada nos llevaría más cerca de confirmar que, efectivamente, esto es un capricho.

De inicio, buscamos respuesta respecto a qué acordaron, qué propusieron, vaya qué hicieron las autoridades educativas en las Asambleas de Análisis del Plan y Programas de Estudio para el diseño de los Libros de Texto Gratuitos, nos sorprende que la respuesta diga que no hubo conclusiones ni resolutivos formulados, dado que estas asambleas no versaron sobre el contenido… lo que ya se sabía hasta por el nombre que se les dio a las mesas de trabajo: mesas de análisis y de estudio PARA EL DISEÑO.

Y así seguimos de sorpresa en sorpresa, dado que, al cuestionar respecto a las estrategias, se nos enumera una serie de acciones orientadas al diagnóstico y estrategias didácticas que nada tienen que ver con un plan de contingencia que atienda una emergencia semejante a dejar al alumnado sin los materiales educativos oficiales; es más, con decirle que pareciera broma pero es verdad que, parte de las respuestas de la autoridad estatal, atienden a los documentos que dan origen a la Ley General de Educación, como para querer cumplir con el requisito de contestar, pero sin saber a ciencia cierta de qué se habla.

Entendemos y confirmamos lo que la Secretaría de Educación y Deporte a través del oficio admite: la autoridad no estaba preparada, pero lo que bajo ninguna óptica entendemos ni apoyamos, es que, por un capricho de la gobernadora, se hayan tenido que reorientar casi 37 millones de pesos a la Secretaría en referencia, mientras que permanecen rubros importantes para la población sin atender, y mientras siguen las y los estudiantes de instituciones públicas de nivel superior demandado instalaciones dignas.

Sin embargo, las autoridades educativas tantos errores que admiten, nos dan la razón: no es cierto que tengan cifras de la población en desacuerdo, es más, ni ellos mismos supieron decir en qué estaban en desacuerdo con los materiales de la Nueva Escuela Mexicana, porque ese desacuerdo ni siquiera proviene de la información. Admiten que no han revisado los materiales y admiten que ni siquiera han tenido oportunidad de compararlos para sustentar entonces todo lo que han afirmado.

A las autoridades estatales les digo, tal como dijo el filósofo Daniel Dennett: el principal truco para cometer buenos errores, es no esconderlos, sobre todo de uno mismo.

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