21 de noviembre de 2024

La obsesión de la clase política de EE.UU, financiada por apoyar al estado de Israel en la invasión de Gaza, que ha provocado decenas de miles de muertos entre la población civil, gran parte de ellos menores de edad, ha jugado una mala pasada a muchos congresistas, tanto demócratas como republicanos, que pretenden ser cristianos.

La mayoría de ellos han aprobado una propuesta que asume las tesis de grupos sionistas sobre el antisemitismo, el proyecto de ley H.R.6090, entre las que se encuentra una acusación contra la Biblia cristiana.

El contexto de la propuesta es la creciente protesta de estudiantes universitarios contra la invasión de Gaza. Para muchos políticos, criticar dicha invasión es antisemitismo.

La proposición recibió el apoyo de 320 congresitas mientras que 91 votaron en contra. Obliga al Departamento de Educación de EE.UU a utilizar la definición de antisemitismo (*) de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), que entre otras cosas, considera como antisemita asegurar que el pueblo judío tuvo algo que ver con el proceso de ejecución de Jesucristo, algo que nadie que haya leído los evangelios y el resto del Nuevo Testamento puede negar.

El Departamento de Educación deberá vigilar y sancionar a quienes puedan ser calificados de antisemitas según dicha definición.

Los que se han opuesto a la medida advirtieron de la barbaridad que se ha aprobado. La representante Marjorie Taylor Greene ha escrito:

«El antisemitismo está mal, pero hoy no votaré a favor de la Ley de Concientización sobre el Antisemitismo de 2023 (HR 6090) que podría condenar a los cristianos por antisemitismo por creer en el Evangelio que dice que Jesús fue entregado a Herodes para ser crucificado. por los judíos.»

«El Congreso vota para que el discurso de odio de la Biblia sea ilegal. ¡Supongo que los veré a todos en la cárcel!» escribió Lauren Witzke, ex candidata republicana al Senado en Delaware.

«Si apoyas este proyecto de ley sobre incitación al odio por el ‘antisemitismo’, no sólo estás escupiendo la primera enmienda, sino que también estás negando abiertamente la Biblia», escribió la presentadora de Blaze TV, Lauren Chen.

Aparte de la cuestión de la Biblia, los críticos argumentan que la ley amenaza la libertad de expresión y podría llevar a restricciones indebidas sobre la expresión política. La viabilidad de la ley en el Senado, controlado por los demócratas, es incierta, y su interpretación es un tema de acalorado debate, reflejando las profundas divisiones en la política de EE. UU. hacia Israel y los derechos de la Primera Enmienda.

Durante los debates, tanto los defensores como los opositores de la ley expresaron opiniones muy enfrentadas. Los republicanos citaron incidentes de violencia y destrucción en los campus como justificación para medidas más estrictas, mientras que los demócratas argumentaron que la ley podría suprimir el discurso constitucionalmente protegido sobre Israel y el apoyo a los palestinos, llevando a la autocensura entre estudiantes y facultades. La propuesta también ha dividido a la comunidad judía, con algunos grupos judíos liberales oponiéndose a la medida por considerarla demasiado amplia.

Este enfoque legislativo se produce en un año electoral, en el que los republicanos buscan aprovechar las divisiones internas sobre cómo manejar otras políticas de seguridad nacional, como la guerra en Ucrania. Esta ley y las acciones de supervisión universitaria permiten a los conservadores mostrar una postura clara en apoyo a Israel mientras destacan las divisiones entre los demócratas.

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