Este domingo, el puente fronterizo entre Ciudad Juárez (México) y El Paso (EE UU) se vio desbordado por los cientos de migrantes que intentaron ingresar por la fuerza al territorio estadounidense. Cientos de personas, la mayoría de origen venezolano, rompieron las líneas mexicanas y llegaron a suelo texano, donde los agentes fronterizos lograron contenerlos con la ayuda de un alambre de púas, escudos y bloques de cemento.

Frustrados por los problemas para obtener citas para buscar asilo, los migrantes llegaron al puente después de que se difundiera un rumor de que Washington les permitiría el acceso. “Solo queremos entrar para tener un futuro y ayudar a nuestras familias”, dijo entre sollozos Camila Cruz, una venezolana de 18 años. Ante el revuelo, las autoridades estadounidenses optaron por cerrar el puente fronterizo, uno de los cruces más importantes entre los dos países, durante cinco horas.

Muchos inmigrantes se han hartado del proceso para obtener asilo desde que la administración de Joe Biden puso a su disposición una aplicación llamada CBP One, que estaba destinada a agilizar las solicitudes. Los migrantes aseguran que la aplicación está plagada de fallas persistentes y una gran demanda, lo que los deja en el limbo en regiones fronterizas peligrosas. El Departamento de Seguridad Nacional de EE UU ha dicho que las actualizaciones recientes de la aplicación simplificarán y acelerarán el proceso.

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