21 de noviembre de 2024

Chihuahua.- En torno al concepto, resiliencia, que inicialmente se empleara como tal, en la física, encontraremos los nombres de importantes personajes, Michel Rutter, quien ancló el término a las ciencias sociales allá por 1972, el psicoanalista inglés John Bowlby interesado en el desarrollo infantil, usaría el concepto en sus trabajos sobre teoría del apego, con un importante auge en las décadas de los años sesentas y setentas, y fue él precisamente el inspirador de las aportaciones del psicoanalista Boris Cyrulnik, quien describe el concepto de esta manera: La resiliencia es un término que se toma de la resistencia de los materiales que se doblan sin romperse para recuperar la situación o su forma original. Por ejemplo, un arco que se dobla para lanzar una flecha o los juncos bajo la fuerza del viento.

Cuando un sujeto o grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada y puede sobreponerse a contratiempos e incluso resultar fortalecido por estos. Actualmente, la resiliencia se aborda desde la psicología positiva, la cual se centra en las capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos, y no en sus debilidades y patologías, como lo hace la psicología tradicional. El concepto de resiliencia se corresponde aproximadamente con el término «entereza». Es superar algo y salir fortalecido y mejor que antes.

Del Instituto Español de Resiliencia he tomado la siguiente definición: La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.

Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de crisis, como por ejemplo la crisis que precede a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, a prolongadas enfermedades temporales, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas.

Podría decirse que la resiliencia es la entereza, más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso.

Entonces la resiliencia es un proceso que engloba una multitud de factores, que influyen de manera positiva en la restauración del estado emocional de un ser humano, en incluso en el fortalecimiento del mismo, cuando este está pasando por una situación de crisis, perro tiene la fuerza y la voluntad para conseguir sobreponerse a la adversidad y continuar adelante.

Las personas resilientes, regularmente tiene la capacidad para identificar la situación que los mete al territorio de crisis, pero también de identificar el punto de su fortaleza, la que les permitirá interpretar la magnitud de la situación que experimentan y trazar una estrategia para visualizar las oportunidades y salir adelante con lo que tienen a su alcance, tienen la fuerza suficiente aun, para dar el paso siguiente.

La familia y la escuela con órganos privilegiados para la construcción de la resiliencia, el afecto, la socialización y el aprendizaje, cobijados por la red familiar y/o escolar, pueden diseñar sujetos capaces de desenvolverse en su mundo. Los padres y los educadores son los agentes que por excelencia pueden y deben facilitar a los hijos y alumnos, según corresponda, la construcción de la resiliencia, particularmente en estos tiempos de crisis emocional, física y social.

Agregar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *