Las autoridades mexicanas detuvieron el miércoles en el noroeste del país a un hombre identificado como el presunto jefe de seguridad de los hijos del ex capo del cártel de Sinaloa Joaquín “El Chapo” Guzmán, por el que Estados Unidos ofrecía una recompensa de 3 millones de dólares.
Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”, fue capturado durante un operativo en la norteña ciudad de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, la tarde del miércoles, según el Registro Nacional de Detenciones de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Pérez Salas, de 30 años, dirigía supuestamente la seguridad de los hijos de Guzmán, conocidos por “Los Chapitos”, según los fiscales del Distrito Sur de Nueva York. Pérez Salas es uno de las casi dos docenas de acusados que figuran en el documento de acusación del caso de los hijos de “El Chapo”.
La detención de Pérez Salas también fue confirmada por un agente federal que no ofreció más detalles debido a que la operación aún estaba en desarrollo. En la intervención participaron varias decenas de elementos del Ejército y la Guardia Nacional, con apoyo de dos helicópteros militares.
Las autoridades informaron que el detenido sería trasladado a la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada en la Ciudad de México.
El Departamento de Estado había ofrecido en abril una recompensa de $3 millones de dólares por su captura. Pérez Salas es buscado por cargos de conspiración para importar y distribuir fentanilo en Estados Unidos pero, además, se presume que ha dejado tras de si una larga estela de muertes y torturas en México.
“Este tipo era un completo psicópata”, dijo Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la agencia antidrogas estadounidense, la DEA. “Sacarlo de circulación es algo bueno para México”.
De acuerdo con la acusación estadounidense, Pérez Salas dirigía un equipo de seguridad conocido como los Ninis —el mismo apodo que tenía él—, “un grupo especialmente violento de personal de seguridad de los Chapitos” que recibieron entrenamiento de tipo militar en múltiples áreas de combate, “incluyendo guerra urbana, armas y tácticas especiales y destreza como francotiradores”.
La palabra Nini se refiere a una forma coloquial de describir a los jóvenes que ni trabajan ni estudian.
Pérez Salas participó presuntamente en la tortura de un agente federal mexicano en 2017. Él y otras personas torturaron al hombre durante dos horas, introduciéndole un sacacorchos en los músculos, arrancándoselo y colocando chiles picantes en las heridas.
Según la acusación, este grupo estaba liderado por Pérez Salas y Jorge Figueroa Benítez y eran los artífices de todo tipo de actos de violencia.
Solían llevar a los rivales a ranchos propiedad de los Chapitos, en ocasiones para ejecutarlos. Otras veces esas personas servía de comida a los tigres que los Guzmán tenían como mascotas, agregaba el documento judicial.
La acusación también indicaba que mientras el cártel de Sinaloa hacía algunas pruebas de laboratorio con sus drogas, los Ninis iban más allá y las probaban directamente en personas secuestradas o adictas a quienes les inyectaban el estupefaciente hasta que sufrían una sobredosis. El documento cita un caso de 2002 en el que una mujer murió por este motivo.
La detención de “El Nini” tuvo lugar dos meses después de la extradición a Estados Unidos de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo”, quien fue capturado en enero pasado también en Culiacán en un fuerte operativo de fuerzas militares y policiales.
Guzmán López fue extraditado cinco meses después de que fiscales estadounidenses dieron a conocer las actas de acusación en contra de él y de sus hermanos.
Las actas de acusación detallan cómo los hermanos, tras la extradición y condena de su padre en Estados Unidos en 2019, enfocaron la operación del cártel en drogas sintéticas como la metanfetamina y el poderoso opioide fentanilo.
La captura de Pérez Salas se produjo, además, pocos días después de que López Obrador se reuniera con el presidente estadounidense Joe Biden en San Francisco, continuando una tendencia de detenciones importantes que se producen días antes o después de las reuniones con Biden algo que, según Vigil, parece más que una coincidencia.
“Andrés Manuel López Obrador puede estar tratando de ofrecer un gesto de buena voluntad en sus últimas horas como presidente”, dijo Vigil. El presidente mexicano deja el cargo en septiembre.
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