El arco del personaje de Black Widow dentro del Marvel Cinematic Universe ha sido uno de los más completos dentro de la franquicia. A pesar de no contar con una película en solitario hasta 10 años después de su primera aparición, la historia de Black Widow es igual de emocionante y trágica que la de Thor. Él, por cierto, sí ha podido contar su propia historia en tres producciones. El dios del trueno perdió a su familia, a su pareja, su físico y hasta su planeta. Por su parte, Natasha Romanoff había encontrado una familia y se sacrificó por ella.
A pesar de ser una historia cuyo final ya conocíamos, Kevin Feige y Scarlett Johansson pusieron mucha atención a la selección de directora para la película de Black Widow. Sus opciones incluyeron más de 75 cineastas, incluidas la argentina Lucrecia Martell y a la ganadora del Óscar Chloé Zhao, quien eventualmente dirigiría Eternals. Al final, fue la australiana Cate Shortland, cuyas anteriores producciones ya habían demostrado una dualidad en sus personajes, tal como Natasha.
La historia de Black Widow nos ubica entre los eventos de Civil War e Infinity War. Natasha se encuentra prófuga tras no tomar partido entre el conflicto del Capitán América con Iron Man. Romanoff está prácticamente sola, pero su familia anterior reaparece. En el epílogo conocemos las circunstancias que llevaron a la separación.
El cine de Shortland se caracteriza por no ser condescendiente con sus personajes. En Berlin Syndrome una mujer es secuestrada por un hombre que creía sería solo una aventura de una noche, pero nunca llega a victimizarla a pesar de lo que vive. O especialmente en Lore, un drama de la Segunda Guerra Mundial, donde nos presenta a una chica alemana que debe proteger a sus hermanos pequeños de ser condenados por el ejército aliado una vez que la guerra terminó.
Natasha Romanoff ha sido una espía a lo largo de los años y cometió varios crímenes, pero Shortland no la presenta a manera de víctima. Black Widow es consciente de sus pecados y vive con ellos. Todo esto es mostrado con una sensibilidad presente en la directora australiana. No obstante, esto no quiere decir que la película de Black Widow sea un denso drama social que busque enmendar los pecados de la espía rusa.
La película tiene un balance perfecto entre la posible seriedad del tema y el humor natural de sus personajes. Todo ello gracias a la química entre Johansson y su «familia», interpretada por Rachel Weisz, David Harbour y Florence Pugh. En el segundo acto del filme, ellos logran ofrecernos un vistazo humano de la Viuda Negra que nunca habíamos conocido. Las más recientes producciones del Universo Cinematográfico de Marvel se han caracterizado por sus secuencias espectaculares (vean Avengers Endgame o Spider-Man: Lejos de casa) y se agradece aquí tener secuencias con diálogos que van más allá de una duración corta.
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