25 de octubre de 2024

Después de que se dio a conocer el plagio en que incurrió Xóchitl Gálvez en su informe de actividades para obtener el título de ingeniera menudearon las opiniones, desde las de los farsantes que callaron y hasta defendieron la misma conducta de sus camaradas, hasta de quienes han sido congruentes antes y ahora, y que han señalado los errores y traspiés de la senadora por la trampa que cometió.

La incongruencia y el oportunismo de destacados comentaristas del oficialismo, por lo que ahora presentaremos de quienes han sostenido una actitud crítica frente al plagio, que le han hecho señalamientos a la senadora que van desde desde aspectos éticos y académicos hasta los estratégicos y políticos.

En buena medida, los comentarios vertidos han establecido una comparación entre los casos de Gálvez y de Yasmín Esquivel Mossa, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). El jueves pasado el senador independiente Germán Martínez pidió igual trato para ambas, aunque distinguió: la ministra plagió gran parte de dos de sus tesis, mientras que en el caso de la senadora la idea de su informe es original. “Es un despropósito brutal comparar la ausencia de unas comillas con robarse todo el alfabeto”, dijo, y agregó que Xóchitl se someterá al veredicto de la UNAM, “sin las marranadas judiciales de Yasmín Esquivel”.

Después de la primera reacción de Gálvez al asunto, la comentarista Denise Dresser destacó la insuficiencia de su respuesta: “Es cierto que el presidente @lopezobrador_ seguirá atacando a Xóchitl Gálvez, magnificando cada error, y distorsionando cada postura. Pero también es cierto que ella no ha respondido adecuadamente a las acusaciones de plagio por su informe para titularse en la UNAM”.

Para el periodista José Cárdenas, “Xóchitl Gálvez la regó ‘gacho’ al haberse titulado como ingeniera en computación mediante un informe académico que contiene 38 citas sin referencia bibliográfica, que aparecen como plagio de ideas ajenas. Pregunto: ¿cómo le afectarán a Xóchitl las consecuencias de su error al quedar exhibida como deshonesta e indigna? ¿Le bastará proclamar que no se asusta ni se raja?”.

En entrevista con Denise Maerker, Pedro Salazar Ugarte, quien fue director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, señaló que “un acto de deshonestidad académica no se mide por la dimensión numérica sino por el acto de reproducir ideas ajenas como propias, y ese es un acto académicamente censurado y reprobado. No tengo la menor duda, trátese de quien se trate, no porque haya una orientación política de una persona y, en el otro caso (de Esquivel) un cargo jurisdiccional de la máxima relevancia, eso minimiza la relevancia académica. Sin duda, lo grave es grave, y aquí no se vale decir ‘qué tanto es tantito’”.

Y convocó a la congruencia: “Si somos rigurosos con lo que hemos dicho, con la manera en que hemos reprobado lo que sucedió con la ministra, pues en este caso no hay elemento para minimizarlo”.

A su vez, en una conversación con José Cárdenas, Jesús Silva-Herzog Márquez destacó que, tras una primera respuesta muy torpe de la senadora, después hizo un reconocimiento “que vale la pena advertir: cuando Xóchitl Gálvez dice ‘me equivoqué’ (…) Y creo que también es correcto en términos del contraste con el caso de la ministra Yasmín Esquivel, que dice ‘estoy abierta a lo que resuelva la Universidad Nacional y voy a acatar su resolución’”.

Sin embargo, advirtió que lo ocurrido “es un sello que se le va a quedar a Xóchitl Gálvez. Esto no es fácilmente sacudible”.

En su columna de Reforma, Sergio Sarmiento condenó el hecho: “El plagio es una forma de robo o de fraude. No puede soslayarse en el caso de Xóchitl como tampoco en el del expresidente Enrique Peña Nieto o el de la ministra de la Suprema Corte de Justicia Yasmín Esquivel. Xóchitl no solo la pendejeó, sino que cometió una falta ética”.

Siguió Sarmiento: “Del lado positivo, la senadora reconoció la falta horas después de que se dio a conocer. Hasta la fecha la ministra Esquivel no lo ha hecho, mientras que Peña Nieto, sin negar la acusación, la menospreció cuando su oficina de comunicación dijo que era una simple falta de comillas”.

En su videocolumna, Gibrán Ramírez Reyes indicó que el plagio de Gálvez debe ser condenado por todos. Sobre la declaración de Claudia Sheinbaum de que “nosotros no plagiamos”, el politólogo le recordó a la candidata de Morena que “tiene como director de su revista, de la revista que ella apoya, Sentido Común, a Fabrizio Mejía, un periodista conocido por sus plagios acreditados”.

También estableció una diferencia entre la forma en que era vista la falta antes y como lo es ahora ahora: antes, “cuando pasaban casos de plagio, como incluso el de Enrique Peña Nieto, había una respuesta de defensa, de vergüenza; ahora ya no hay eso: ahora basta con negar la realidad que se ha acreditado”.

Concluyó: “En eso estamos hoy: en la devastación moral de todo porque todo se niega, todo se le señala al otro, toda responsabilidad se elude”.

Tito Garza Onofre, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, también opinó: “En un país acostumbrado a los desfalcos millonarios y la corrupción parecería que los plagios son cosa menor, o como dijo hace meses un cínico meros ‘errores de juventud’. Las acusaciones contra Xóchitl sobre su licenciatura no deben minimizarse. Ojalá se haga algo al respecto”.

El politólogo José Antonio Crespo celebró el anuncio de la UNAM de que revisaría el informe de la senadora porque “todos los casos deben ser revisados”. También hizo una distinción: “Pero supongo que, a diferencia de Yazmín Esquivel (que según Amlo incurrió en un error de juventud), Xóchitl no se va amparar contra esa revisión. Veremos con atención el veredicto de la UNAM”.

También por allí fue Leticia Robles de la Rosa, reportera de Excélsior: “Las reglas son para todos y la @UNAM_MX es ejemplo de eso. ¿Dudas sobre autenticidad? Que se analice, que se valore y que se decida. La propia @XochitlGalvez admitió que cometió un error al no poner la fuente de información. Muy diferente a @YasminEsquivel_ Que inventa y se ampara”.

En su columna, Francisco Garfias retomó la frase de Gálvez sobre el caso, “la pendejié”, acerca de la que dijo que fue convertida en un escándalo: “Xóchitl les puso el balón y lo patearon. El asunto se hizo viral. A las 9 de la noche llevaba 127 mil posts en X, antes Twitter. El 80 por ciento negativos”.

Señaló sobre esa reacción tan oportunista: “Los morenos claudistas que se quedaron calladitos con las acusaciones de plagio a la ministra Yazmín Esquivel, hoy vociferan y hablan de falta de integridad y honestidad académica”.

Entre las comparaciones, Raúl Trejo destacó, sin disculpar, que es peor el caso de la integrante de la SCJN: “El Informe Profesional que Xóchitl Gálvez presentó para graduarse en Ingeniería contiene párrafos sin citar y otras graves deficiencias metodológicas. De ninguna manera es comparable al plagio integral, línea por línea, que hizo la ministra Esquivel. Pero es un error inexcusable”.

Paula Sofía Vázquez se encargó de fustigar la incongruencia quienes ahora se indignaron con el plagio de Xóchitl cuando callaron o defendieron casos anteriores: “Quienes criticamos el plagio por ser un fraude y una mentira lo criticamos con Peña, con Esquivel, con Xóchitl y con quien se vaya sumando. Ni que fuéramos obradoristas para andar disculpando lo que antes criticábamos”.

Continuó su señalamiento: “Lo interesante de haber hecho de la moral pública una manga anchísima es que después de encubrir a Esquivel, minimizar su plagio y hasta tratar de modificar la ley para protegerla, ni quien crea que les importa un gramo una trampa, como la corrupción, son solo recursos políticos”.

El comediante Chumel Torres hizo un recordatorio en el mismo sentido: “¿Que Xochitl Gálvez plagió su tesis? ¿Y ahora sí ofende? ¿O vamos a hacer como con la Ministra Esquivel? Nomás preguntando”.

Por su parte, la activista Gemma Santana dijo no justificar ningún plagio, pero criticó que “voces influyentes” que ahora atacan a Gálvez guarden silencio ante “todas las atrocidades que ha hecho este régimen, que ha dañado tanto al país, incluyendo por supuesto otros plagios como el caso de la ministra pirata”. Y llamó a “subir el nivel de conversación, hablar de agendas, de resultados y ser críticos de forma pareja, y más de los que dicen que nos están Gobernando…”.

En El Financiero, Salvador Camarena señaló otra dimensión del plagio de la legisladora: el estratégico: “El error de Xóchitl no es haber plagiado en su tesina para obtener el grado. El verdadero, y más revelador, desacierto es que no estaba listísima para responder, cuando es de Campañas I que te revisarán de pe a pa estudios, finanzas y compañías (familia y amistades, I mean)”.

Agregó: “Haber plagiado en 2010 no es un error menor. No tener lista la disculpa adecuada y la estrategia para salir avante cuando fuera cachada, o incluso no haberse adelantado para reventar ella el tema calculando los menores daños posibles, es en efecto una pend… política”.

En un artículo para emeequis, Julián Andrade comentó que Gálvez está afrontando el problema “del modo adecuado. ¿Tendrá un costo? Por supuesto, porque estás situaciones hacen variar el ánimo de los ciudadanos, pero la experiencia enseña que asumir las responsabilidades es el único método de que las cosas amainen en algún momento”.

Pero también le señaló, en un sentido parecido al de Camarena, que “en su equipo debieran aprender de lo ocurrido, para contar con capacidad de atención a crisis y no menospreciar el abanico de intereses que ya están operando, a favor y en contra de su proyecto”.

Pablo Majluf fue más optimista respecto a Gálvez: “Creo que esto del plagio terminará saliéndole más o menos bien porque la UNAM está más o menos comprometida con el asunto de Esquivel. Además, al final terminó reconociendo ella (…) al final reaccionó bien y dejó la decisión en manos de la UNAM, de modo que si la UNAM dictamina que hubo plagio ella va a presentar otro trabajo, y si no hubo plagio la va a vender como victoria. Pero no siempre va a tener esa suerte y van a venir ramalazos mucho más serios”.

En un hilo interesante en X sobre el asunto, la usuaria Ale Metztli también ubicó la responsabilidad institucional en los plagios: “¿Cómo es posible que nuestras universidades gradúen profesionistas si ni ellas mismas se apegan a estándares de calidad?, ¿podemos poner la responsabilidad solo en el estudiante?, ¿y los asesores?, ¿y el comité de revisión?, ¿y los sinodales?, ¿y la universidad que lo permite? En todo caso, si la @UNAM_MX no asume su parte y solo se erige como juez sin reconocer que es parte del problema, puedo afirmar en base a mi experiencia, que la ética de la UNAM es tan fraudulenta como un plagio”.

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