22 de noviembre de 2024
El pasado viernes 3 de febrero, un tren que transportaba productos químicos tóxicos descarriló en Estados Unidos. El accidente se produjo en East Palestine, una localidad en la frontera de Ohio y Pensilvania de unos 5.000 habitantes, originando un incendio que afectó a numerosos vagones.
Para reducir el riesgo de explosión, las autoridades locales liberaron, días después y de forma controlada, material tóxico presente en el tren, que pertenece a la empresa ferroviaria Norfolk Southern.
Las autoridades advirtieron de que la quema controlada crearía una columna de fosgeno y cloruro de hidrógeno en toda la región. El fosgeno es un gas muy tóxico que puede provocar vómitos y problemas respiratorios, y que se utilizó como arma en la Primera Guerra Mundial.
Además, The Washington Post informó que en cinco de los cerca de 50 vagones se transportaba cloruro de vinilo, un carcinógeno que se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer cáncer de hígado, y un producto peligroso e inodoro que se usa en el país para la fabricación de plásticos.
Pese a que no hubo ningún muerto en el accidente, la catástrofe ha servido para dos denuncias. La primera, los defensores de la salud pública consideran que existe la posibilidad de que se produzcan muchos más descarrilamientos así en Estados Unidos. No en vano, y según una estimación que publica The Guardian, 25 millones de estadounidenses viven en una zona de explosión de un tren petrolero, y si el descarrilamiento se hubiera producido a unos pocos kilómetros más al este, el centro de la ciudad de Pittsburgh hubiese ardido, poniendo a decenas de miles de residentes en peligro.
La segunda denuncia es que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estaría utilizando la reciente polémica de los globos espía y los OVNIS chinos para tapar la supuesta catástrofe medioambiental de Ohio. Las mentes conspiranoicas no han tardado demasiado en encontrar una correlación entre ambos eventos. Mientras que en las noticias y en los telediarios la polémica diplomática entre China y EEUU es protagonista, el suceso del tren apenas ha tenido eco en los medios.
Al globo espía chino derribado el 4 de febrero, el viernes se unió un nuevo objeto volador no identificado. Y otro el sábado. Y otro el domingo. Tres en los últimos tres días. «¿Son alienígenas?», preguntaron al general Glen D. VanHerck: «No he descartado nada», respondió.
Sin embargo, la Casa Blanca aclaró este lunes que «no hay indicios de alienígenas o de actividad extraterrestre» en los tres objetos voladores que han sido derribados en los últimos días en los territorios de Estados Unidos y Canadá.
«No hay indicios de alienígenas o de actividad extraterrestre en estos recientes derribos. Quería asegurarme de que el pueblo estadounidense lo supiera y es importante que lo digamos desde aquí», manifestó la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en su rueda de prensa diaria.
«¿Y si lo de arriba es para tapar lo de abajo?», se pregunta un usuario un Twitter días después del descarrilamiento. Pese a que el accidente tuvo lugar hace 10 días en suelo estadounidense, las teorías han comenzado a cocinarse en las últimas horas.
Tampoco ha ayudado la detención del periodista Evan Lambert, corresponsal para la cadena de televisión estadounidense NewsNation. Un vídeo muestra cómo Lambert es empujado al suelo y arrestado por las autoridades de East Palestine mientras cubría una conferencia de prensa con motivo del descarrilamiento.
El vídeo, viral en redes sociales, también ha servido como ingrediente extra para las teorías conspiranoicas que ven en el accidente de Ohio un secreto a voces. «Creemos que Evan Lambert simplemente estaba haciendo su trabajo… Dejaremos que la gente saque sus propias conclusiones sobre cómo manejaron este incidente los agentes implicados», declaró la empresa.
El «Chernóbil de Ohio»
Las impactantes imágenes del accidente no han pasado desapercibidas para los usuarios, que se preguntan por qué Estados Unidos no está hablando de ello. Algunos, incluso, han considerado el suceso como la versión americana de Chernóbil por la cantidad de toneladas de contenido tóxico vertidas en la región.
«Rihanna, OVNIS, China, Canadá», bromeaba un usuario, en tono serio, alegando que Estados Unidos estaba evitando que las imágenes llegaran a los medios hablando, en cambio, de la situación con China o del espectáculo de la Superbowl de Rihanna.

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