Un clásico de la Cuarta Transformación, propuesta para legalizar autos “chocolate” es visto como un atentado contra la economía mexicana, advierte sector empresarial.
Lamentablemente, este tipo de noticias se han vuelto una constante en lo que va del Gobierno de MORENA.
La COPARMEX dice que se afectarán las finanzas públicas, principalmente por la caída en la producción de automóviles y recortes en la manufactura, debido a la menor demanda de autos nacionales.
Otro punto de análisis sobre esta acción es que la regularización de vehículos usados de procedencia extranjera, contribuirá a disminuir los delitos en la frontera.
Esta iniciativa puede representar un atentado contra las empresas y los dos millones de empleos en México.
La peor noticia, es que esto sucedería en uno de los momentos más críticos de nuestra economía en las últimas décadas.
Con el objetivo claro de lograr una mayor aprobación política y simpatías, AMLO estaría entregando un “cheque en blanco” para la delincuencia.
¿Qué representa esta legalización de autos “chocolate”?
Para empezar, una competencia desleal que atentará contra la recuperación económica del sector, por cierto, clave en el desarrollo de loa economía mexicana.
De acuerdo con estimaciones de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), esta acción podría implicar una caída del 39% en la venta del mercado nacional.
Por otra parte, habrá una caída en la producción de autos, debido a los recortes de personal obligados ante una menor demanda.
Por lo tanto, los fabricantes dejarán de pagar Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto sobre la Renta (ISR).
La recuperación económica de Estados Unidos no ha sido suficiente, debido a que el sector automotriz ha experimentado una serie de afectaciones que ralentizan su recuperación.
Entre las situaciones que han ralentizado el crecimiento automotriz tenemos el incremento del precio de materias primas, tales como el acero y el desabasto de semiconductores (chips).
Finalmente, con esta medida se estaría afectando de manera considerable al medio ambiente, debido al alto kilometraje y la antigüedad de los autos “chocolate” que se legalizarían.
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