El empresario había nacido en una base militar de EE.UU. en Inglaterra, hijo de una británica que conoció a un soldado estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.
De joven se mudó a Virginia, donde tuvo una infancia problemática: su padre era alcohólico y se suicidó cuando McAfee tenía 15 años.
Él mismo no tardó en comenzar a beber en exceso y consumir toda clase drogas, aunque se las arregló para mantener una prometedora carrera académica, que llegó a su fin de forma abrupta en 1960.
Entonces, la Universidad Estatal de Luisana puso fin a su doctorado en Matemáticas después de que se reveló que se había acostado con una estudiante de la que era mentor. Más tarde se casó con ella.
McAfee comenzó a trabajar con algunas de las mayores organizaciones de ciencia y tecnología de la época, como la NASA, General Electric, Siemens, Univac y Xerox, a la vez que continuaba preso de sus adicciones.
Las cosas llegaron a un punto crítico en la década de 1980, cuando su dependencia de las drogas y su afición por las prostitutas lo llevaron a buscar ayuda.
Según contó varias veces, tenía 47 hijos.
Hacia la gloria en la tecnología
McAfee consiguió hace casi tres décadas un empleo que cambiaría su carrera: le ofrecieron un puesto en la empresa de defensa Lockheed Martin, en un programa secreto de reconocimiento de voz.
Allí se encontró con un inusual código autorreplicante, diseñado para copiarse a sí mismo en cualquier disquete insertado en computadoras infectadas.
Su primer contacto con un virus lo dejó fascinado y diseñó una forma de desinfectar las computadoras para luego extender la cura a través de un sistema precursor de la red.
El reto lo inspiró a crear un negocio propio desde el estacionamiento de su casa, McAfee Associates, con el que desarrolló todo tipo de programas para detectar y eliminar virus informáticos.
En un principio lo ofreció gratis a usuarios comunes y posteriormente empezó a venderlo a diferentes compañías.
Para 1992, numerosas empresas usaban los antivirus de McAfee, quien no mucho tiempo después hizo una oferta pública en la bolsa de valores y vendió la firma a Intel.
Su fortuna para ese momento se calculó en US$100 millones.
A mediados de los años 90, y a sus 50 años, McAfee se retiró de la compañía, creó otros proyectos informáticos y comenzó a interesarse en el mundo todavía incipiente de las criptomonedas.
Y ahí fue donde estuvo gran parte del problema judicial que lo llevó a la cárcel.
El gobierno de EE.UU. acusó a McAfee de no reportar en los últimos años las ganancias que obtuvo de la promoción de criptomonedas, por realizar charlas sobre el tema y por la venta de los derechos de la historia de su vida para un documental de televisión.
Y por eso emitió una orden de captura internacional y pedido de extradición.
Una vida a la fuga
Fue entonces cuando comenzó una saga que lo llevó a refugiarse por meses en Cuba y otras islas del Caribe hasta que terminó detenido en España.
No fue la primera vez.
En 2012, también fue considerado prófugo por las autoridades de Belice, donde residía entonces.
Huyó del país centroamericano tras ser considerado «persona de interés» por el homicidio del también estadounidense Gregory Faull, su vecino, con quien tenía supuestamente una disputa por unos perros.
Entonces, se tiñó el cabello y la barba, se pintó los dientes y se puso goma de mascar en las encías para que no pudieran reconocerlo. Según contó a la revista Wired, se escondió incluso en cajas enterradas bajo arena para evadir a la policía.
Escapó a Guatemala y fue deportado de allí a EE.UU.
Según contó, fue en su primera noche tras su regreso a suelo estadounidense cuando conoció a su actual esposa, Janice McAfee, en Miami Beach, luego de que esta le ofreciera sus servicios como prostituta.
Se casaron poco después y se asentaron en un rancho rural de Tennessee, desde donde el informático lanzó su primera campaña por la presidencia en 2016 por el Partido Libertario, aunque su candidatura no progresó.
Durante su tiempo en Cuba, también trató de lanzar una candidatura presidencial
Agregar comentario