Así lo dijo y escribió Juan Carlos Loera en sus redes sociales, donde tuvo un sinfín de comentarios tanto buenos como malos.
Las pruebas del regreso del Duartismo y del sometimiento son descaradas. Lo refleja el inminente pacto de impunidad que está dándose en Chihuahua. Los principales medios le prestan grandes espacios a la misiva de un político preso (como en los mejores tiempos de la corrupción boyante), quien le hizo tanto daño a Chihuahua recibe un trato de víctima, cuando él es el victimario.
Es una desfachatez de quién dejó endeudado a Chihuahua, hizo de cada movimiento del gobierno un negocio, quien llevó a sus ranchos vacas de Nueva Zelanda; quien se hizo de un patrimonio personal incalculable, de grandes extensiones de terreno; quien repartió dinero del Pueblo para que hablaran bien de él y para comprar silencio; quien extorsionaba a los proveedores del gobierno estatal para que dejaran su moche; corrupto y corruptor que uso una nómina secreta para comprar voluntades y hasta el perdón de sus pecados, hoy encarcelado con muchas pruebas en su contra, se lave la cara como si fuese ajeno a la situación de nuestro estado.
Usa el mismo método de alegato de su ahora mas relevante alcahuete diciendo desconocer los cargos; los chihuahuenses lo sabemos, sus seis años de gobierno fueron de saqueo, endeudamiento y de una podredumbre política que abarcó a sus cómplices, las y los actores de la derecha voraz, que ahora afilan sus colmillos y que con posiciones de poder acechan, su objetivo es reinstalar la corrupción y extender sus tentáculos más allá de lo imaginable.
Pero hay mucho Pueblo en Chihuahua.
¡No pasarán!
—-Ahora hay que esperar que sigue con la Carta y la postura de los involucrados, esto se pone intenso y candente.
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