Tras el derrumbe de la mina de carbón en Sabinas, Coahuila, el Presidente Andrés Manuel López Obrador declaró como prioridad el rescate de los mineros atrapados.
A diferencia de lo ocurrido en 2006 en Pasta de Conchos, dónde los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón detuvieron la búsqueda de 64 mineros atrapados y presuntamente se coludieron con Grupo México, dueños de la mina.
El 19 de febrero de 2006 en la mina de Pasta de Conchos en Coahuila, ocurrió una explosión que derrumbó los túneles de la mina carbonera. Cómo resultado, el incidente causó 65 mineros muertos y 13 heridos. La mina era propiedad de Grupo México, uno de los aglomerados empresariales más ricos de México.
Después de la explosión, surgió información que dejó al descubierto la existencia de una negligencia criminal por parte de la empresa y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, entonces encabezada por Francisco Javier Salazar. De igual forma Grupo México omitió observar las medidas de seguridad establecidas por la dependencia federal, y ésta se abstuvo de tomar las acciones pertinentes para hacer valer la reglamentación dentro de la mina.
A pesar de que la tragedia se volvió muy mediática y conmovió a todo aquel que se enteró, los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto desviaron la responsabilidad de la empresa dueña de la mina. Y por otro lado emprendieron una persecución judicial contra el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderurgicos y Similares de la República Mexicana, Napoleón Gómez Urrutia.
De igual manera, los gobiernos panistas detuvieron la búsqueda de los cuerpos de los mineros atrapados, habiendo rescatado solo dos cadáveres. Y en ningún momento, ni Vicente Fox, ni Felipe Calderón, visitaron para dar sus condolencias a las familias de los mineros.
“Ni Vicente Fox ni Felipe Calderón han querido recibir a las familias y han pedido audiencia. Pero no sólo eso, en toda la región carbonífera siempre se rescata a los mineros. Sólo en Pasta de Conchos no”. Dice la representante legal de las familias.
De acuerdo con la versión oficial, Grupo México argumentó que se había generado una explosión en el interior a causa de una bolsa de gas –gas que sale del subsuelo al momento de la extracción de carbón– y que como consecuencia, la temperatura había subido a más de 900 grados. Sin embargo, según revelaron las autopsias de los únicos dos cuerpos que fueron rescatados, su muerte fue provocada por asfixia y no por calcinamiento.
La búsqueda del resto de mineros se detuvo bajo el argumento de que entre el 25% y 75% de la mina estaría inundada y que “posiblemente el agua estaría contaminada con VIH, tuberculosis, hepatitis, que podría contagiar a los rescatistas, sus familiares y poblaciones enteras”.
No obstante, colectivos de familiares de los mineros cuestionan el hecho. Y argumentan que en otros derrumbes al rededor del mundo si se han podido rescatar a todos los cuerpos.
Cristina Auerbach, representante legal de los familiares de las víctimas en la Organizacion Familia Pasta de Conchos recuerda que uno de los siniestros más grandes ocurrió en 1969 en el poblado Barroterán. En las minas de Guadalupe murieron más de 160 personas. Al año y dos semanas, ya habían rescatado a todos.
Las extracciones y exploración en Pasta de Conchos se suspendieron en 2007 a petición de la Secretaría del Trabajo, a cargo de Javier Lozano. Actas de inspección de un par de meses antes del siniestro revelaban que el sistema de ventilación fallaba y que había desperfectos en el equipo eléctrico. Algunos familiares cuentan que los trabajadores se quejaban de una alta concentración de gas.
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