Fueron los gritos de dolor que le arrojaron en su cara al secretario de Seguridad Pública Estatal (SSPE), Gilberto Loya Chávez. Eso, frente al cuerpo inerte de Víctor Hugo Sosa Martínez, inspector en jefe de la Policía Bancaria.
Los chillidos eran escoltados de una mirada de odio, y una expresión facial que mostraba ira o hostilidad hacia el jefe policiaco que utiliza el presupuesto de seguridad para su campaña política, buscando posicionarse en el mercado electoral.
Creé que puede ser alcalde de #ciudadjuarez, o hasta gobernador de #chihuahua.
El reclamo venia de dos mujeres. La esposa, quién también es policía, y su madre que de igual manera está en nómina de la #SSPE mientras abrazaban el cuerpo de su esposo e hijo en medio de un charco de sangre.
Gilberto Loya, no sabía dónde meterse, estaban ensuciando su campaña política, y ordena a sus guardaespaldas que tranquilizaran a las mujeres del deudo que no paraban de gritarle, culpándolo del crimen de Víctor Hugo Sosa Martínez.
También culpaban al grupo de Detectives y Fuerza Especial SWAT, del Estado, ¿Por qué? Algo sabrán. Lo que si genera dudas y muchas preguntas es, ¿Qué andaba haciendo un jefe de la Policía Bancaria en la labores de ‘narcomenudeo’, confiscando estupefacientes y arrestando personas por ese delito?.
Otro que llegó gritando a la escena del crimen fue Simeón Esparza Peinado, Comisionado Estatal de Seguridad, pero a la encargada del turno despliegue (patrullaje en la ciudad).
Le reclamaba que quería resultados, y le preguntó por las patrullas que deben estar vigilando la zona, y la contestación fue tajante:
-¡Solo tenemos seis policías!
Con ello Simeón optó mejor por callarse al lado de sus 25 guardaespaldas.
El caso del asesinato del jefe policiaco no ha arrojado resultados positivos. Solo que fueron tres tiradores que emboscaron a Sosa, y cada uno le disparó con calibre .9mm.
Ninguno ha sido detenido, y solo tienen un arma de fuego que se usó en el homicidio.
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