21 de noviembre de 2024

Chihuahua.- Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Chihuahua, confiando en Cristo Resucitado que trae luz y esperanza a nuestro caminar, entregamos estas palabras de reflexión y principios de participación y acción a nuestro amado pueblo chihuahuense ahora que estamos a punto de celebrar los comicios electorales más grandes de la historia de nuestro país.

1. Nos acercamos a las próximas elecciones en medio de una crisis que nos afecta fuertemente a todos, en parte por una pandemia provocada por el Covid-19, y por otro lado debido a la falta de compromiso que se ha ido generando desde años atrás por quienes tienen la responsabilidad de crear políticas públicas que generen paz, justicia, dignidad humana y estabilidad del tejido social, lo cual se hace evidente en muchas realidades. En consecuencia, nos encontramos atravesando por una crisis sanitaria, económica, moral, educativa y política, que afecta gravemente el hoy de nuestra vida y puede afectar más gravemente nuestro futuro.

2. Los obispos de México vemos como la recuperación del país se vuelve más compleja al encontrarnos en un período electoral que distrae la atención de los gobernantes y entorpece la aplicación de medidas que den respuesta a las necesidades urgentes del país: vemos con preocupación la creciente polarización de los discursos políticos; el alarmante índice de candidatos asesinados; regiones enteras bajo el yugo del crimen organizado; «el maltrato a los migrantes y la militarización de las fronteras; la falta de cuidado de nuestra casa común; la amenaza contra las energías limpias; el escaso interés por el bien común y la verdad; las descalificaciones infundadas a las instituciones democráticas (INE) y los pocos acuerdos políticos que ayudarían a buscar juntos las respuestas que exigen estas graves amenazas» (Mensaje de los obispos al pueblo de Dios 2021).

3. A los obispos, unidos a nuestro pueblo, nos envuelve el desconcierto marcado por el dolor, la tristeza y la confusión: la violencia física y moral contra las mujeres y el abuso de menores; la marginación y el olvido a los migrantes, quienes quedan totalmente desprotegidos; la falta de empleo y un salario mal remunerado para nuestros trabajadores; la protección de los bienes naturales, del agua; la carente promoción de nuestros pueblos indígenas; la presencia de grupos de poder que condicionan a nuestros candidatos y gobernantes, provocando violencia, inseguridad, muerte y desapasiones de personas; el olvido de nuestros hermanos más pobres faltos de lo más indispensable para vivir y la promoción de una vida digna; el impulso creciente de ideologías que atentan contra el matrimonio, la dignidad de la vida; una educación que mal informa en materia de sexualidad a nuestros niños y adolescentes; el descuido de comunidades por falta de una inversión pública justa y bien distribuida; un sistema de salud carente y en algunas comunidades inexistente.

Como pastores compartimos las penas y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de todos ellos, pues «todos vamos en la misma barca y todos dependemos de todos», (discurso del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el 27 de marzo de 2020); no podemos perder la confianza y somos conscientes que ningún partido político y ningún candidato, ante la magnitud de la crisis en que nos encontramos, podrá sacarnos de ella por sí solo. Hemos de aprender a dejar nuestros intereses egoístas, individuales o partidistas, para alcanzar un diálogo por el bien de todas las personas de nuestro Estado. Se requiere el trabajo y esfuerzo conjunto de todos los chihuahuenses para salir juntos de esta crisis que tiene muchos rostros. Jesús Resucitado, nos hace partícipes de esta misión al llamar a sus discípulos a recomenzar siempre para edificar un mundo nuevo en el amor, la justicia y la paz.

4. En el ambiente electoral de nuestro Estado se experimenta también la fuerte polarización nacional entre partidos y personas que ha generado y continúa generando mucha confusión y desconfianza, sobre todo cuando se trata de ver y analizar las mejores opciones en los candidatos. Sabemos que esto no es nuevo, pues esto siempre ha existido en una contienda electoral; pero hoy, quienes se postulan como candidatos en este proceso electoral, sean nuevos o que busquen reelegirse, deben de saber que tienen una responsabilidad mayor que quienes los precedieron en elecciones pasadas y, por lo mismo, tienen la responsabilidad de realizar una mejor gestión que la que pudieron haber hecho.

5. Invitamos a los partidos y sus candidatos a promover los valores que han sostenido nuestra nación, como son la familia tradicional base y fundamento de la sociedad y de la Iglesia, el respeto a la vida y su dignidad en todas las etapas del ser humano, la educación en valores cívicos sobre todo de nuestros niños, adolescentes y jóvenes y la libertad religiosa que garantice la práctica de la fe de cada creyente. El elevado nivel de deterioro de estos valores refleja que la clase política, en gran medida, se ha vuelto autorreferencial y muchos viven de espaldas al pueblo y a Dios.

6. En ese contexto y estando a pocas semanas de las elecciones, hacemos un llamado a los partidos políticos y sus candidatos para que destierren de las campañas electorales los calificativos humillantes y las ofensas a sus rivales y le den prioridad a la presentación de auténticas propuestas que, resulten serias y viables, más allá de discursos demagógicos, manteniendo siempre abiertas las posibilidades de un diálogo respetuoso con los diversos actores de la vida social, económica, cultural, educativa y política del país. Los invitamos a reflexionar sobre su papel fundamental en la promoción de acuerdos que ayuden a superar las crisis que estamos enfrentando. El papa Francisco, invita a quienes ejercen algún cargo político a reflexionar que la pregunta al final de su vida no debería ser: «¿Cuántos me aprobaron; cuántos me votaron; cuántos tuvieron una imagen positiva de mí?”, sino más bien: “¿Cuánto amor puse en mi trabajo; en qué hice avanzar al pueblo; qué marca dejé en la vida de la sociedad; qué lazos de paz construí; qué fuerzas positivas desaté; o cuánta paz social sembré?». (Fratelli tutti, n. 197).

7. La buena política requiere candidatos honestos y responsables, con espíritu de servicio, que sepan tender puentes a favor del bien común, que es el bien de todos y de cada uno de los que formamos parte de este Estado: «Necesitamos una política que piense con visión amplia, y que lleve adelante un replanteo integral, incorporando en un diálogo interdisciplinario los diversos aspectos de la crisis … una sana política, capaz de reformar las instituciones, coordinarlas y dotarlas de mejores prácticas, que permitan superar presiones e inercias viciosas” (Papa Francisco, Fratelli Tutti, n. 177; y carta encíclica Laudato si, nn. 197 y 181).

8. Invitamos también a la ciudadanía y a los votantes a no dejarse llevar por «un febril intercambio de opiniones en las redes sociales, muchas veces orientado por información mediática no siempre confiable…quizás imponiéndose a los demás por sus tonos altos y agresivos» (Fratelli Tutti, n. 200). A todos los votantes: a nuestros hermanos indígenas y de la sierra, a nuestros campesinos y agricultores, a quienes viven en nuestras ciudades y pueblos, a los trabajadores que día a día buscan llevar el pan a la mesa de su familia, a los hombres y a las mujeres, a todos los jóvenes, a los empresarios y responsables del desarrollo económico; a los médicos y enfermeras que han trabajado arduamente en esta crisis sanitaria y a quienes les reconocemos su labor y amor por la vida; a los maestros que con su servicio generoso, esforzado y creativo durante esta época de pandemia ha cumplido con los deberes de su vocación; a todos los agentes de pastoral, sacerdotes, religiosos y laicos, a quienes agradecemos su testimonio y compromiso por estar siempre cercanos al Pueblo de Dios en estos tiempos difíciles. Que nadie se quede sin votar, es una grave obligación de todo ciudadano salir a ejercer nuestro derecho a votar. Entre todos decidiremos mejor, es una responsabilidad fundamental y una obligación ciudadana participar con nuestro voto en este proceso electoral, México y Chihuahua requiere nuestra participación en las urnas. Por eso les proponemos informarse lo más posible acerca de la persona y las propuestas que tiene el candidato, para que las analicen desde su conciencia, de modo que su voto sea libre, razonado y responsable, en coherencia con nuestros valores humanos y cristianos. Hemos de evitar ser cómplices del apoyo a candidatos que estén en contra de la vida desde su concepción y hasta su muerte natural; que atentan contra la institución natural del matrimonio fundada en un hombre y una mujer; que niegan la dignidad de toda persona humana marcada y definida por su sexualidad y no por un mero deseo personal; y que limitan o niegan la libertad religiosa; así como todo aquello que dañe los nexos familiares o sociales que nos unen. No nos dejemos comprar por dádivas o condicionar por amenazas de ningún tipo, nuestro voto ha de ser libre, razonado y soberano.

9. No nos dejemos robar la esperanza, trabajemos unidos, sintamos que este País es nuestro, que este Estado de Chihuahua es nuestro con sus ciudades y comunidades, pueblos indígenas y mestizos; y con nuestro voto, decidamos por dónde y hacia dónde queremos que camine nuestro País, Estado y Municipios. Sepamos conocer, discernir y elegir para que los candidatos a gobernador del Estado, diputados federales, diputados locales, presidentes municipales y síndicos verdaderamente nos representen y no vean solo por sus propios intereses, ideologías y posturas personales.

10. Los obispos de Chihuahua los abrazamos a todos y los invitamos a sumar esfuerzos para trabajar juntos, y a todos los católicos los exhortamos a fundamentar esta búsqueda de la unidad en el encuentro con Jesucristo. Que las próximas elecciones sean una ocasión propicia para retomar la senda de la buena política y fortalecer nuestro régimen democrático tan atacado. Nos encomendamos a la Virgen de Guadalupe para que siga cubriendo con su manto maternal a nuestro querido pueblo de México y Estado de Chihuahua.

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