Como Coordinadora de Regidores de la 4a Transformación, coincidimos con el Presidente Municipal Marco Bonilla en colocar a las familias como el centro de nuestro actuar, pero entendiendo a las familias en toda su diversidad. Desde luego, trabajaremos por hacer de Chihuahua una ciudad moderna y pujante, donde no haya servicios públicos ni acciones de gobierno de primera y de segunda clase. Queremos una ciudad moderna con la capacidad de adaptarse a los cambios y transformaciones que la sociedad demanda en términos de infraestructura, tecnología, transporte, seguridad y medio ambiente.
Una ciudad moderna que se distinga por la calidad de vida que ofrece a todos sus habitantes sin excepción, con especial atención a la salud, la educación, el arte y la cultura como agentes de transformación.
Una ciudad moderna, vibrante, multicultural y económicamente activa, con una oferta cultural incluyente, variada y accesible para todas las personas. Queremos una ciudad que cuente con una infraestructura que promueva la innovación, la creatividad y el emprendimiento, pero que también ejecute las acciones necesarias para dejar atrás las desigualdades sociales. Claro que queremos agilidad en los trámites gubernamentales a través de plataformas tecnológicas en beneficio de la ciudadanía, pero también necesitamos acciones para disminuir la brecha tecnológica y que todas las personas tengan acceso y los conocimientos necesarios para su uso: personas adultas mayores, con alguna discapacidad, o provenientes de etnias originarias asentadas en la ciudad. Necesitamos que estas acciones beneficien a todas las personas y no solo favorezcan a grupos de población que ya cuentan con ventajas sociales y económicas.
En términos de movilidad, a Chihuahua le urge ser una ciudad moderna con un sistema de transporte digno que permita traslados rápidos y eficientes, a través de vialidades en óptimas condiciones, para beneficio de sus habitantes y para detonar la economía y generar empleos. Necesitamos, pues, unidad territorial y poblacional; no necesitamos islas ni polos de desarrollo estigmatizados como de primera o segunda categoría.
Finalmente, una ciudad moderna debe fomentar la convivencia comunitaria, generando espacios públicos con áreas verdes que permitan la interacción social y la integración de los habitantes a la vida urbana. Porque una verdadera ciudad moderna es aquella que atiende las necesidades de sus habitantes de manera equitativa, eficiente y con una visión de futuro; una ciudad donde todas y todos nos sintamos seguros tanto en nuestra integridad como en nuestro patrimonio. El pueblo, siempre sabio, no se equivoca. Podemos presumir de inversión y acciones en materia de seguridad pública, pero no podemos ignorar que casi el 60% de la población del municipio se siente insegura o ha sido víctima de la delincuencia, principalmente en delitos del fuero común, respecto de los cuales el municipio debe tomar acción inmediata y efectiva.
Como representantes sociales y políticos, es nuestro deseo ser parte, junto a compañeras y compañeros regidores de los partidos políticos aquí representados, de un proyecto que no le tema a la ciudadanía, que abra espacios para su participación activa en la definición de acciones y que sea un instrumento para el escrutinio público. Este es el verdadero humanismo con el que habremos de trabajar.
Particularmente, me preceden muchos años de lucha que han formado en mí una convicción política clara. Conozco el territorio y las necesidades de los habitantes de este municipio. Tengan por seguro que nuestro actuar siempre será por el camino de la honradez y la escucha.
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