30 de noviembre de 2023

La Fiscalía del Estado de México investiga como un homicidio la muerte del empresario Íñigo Arenas Saiz, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida este domingo a la salida del Black Royce, una discoteca en el municipio de Naucalpan que está en el punto de mira de las autoridades. Al principio, sus dueños se deslindaron de la responsabilidad y aseguraron que la víctima solo había bebido agua en su local y que le ayudaron cuando se empezó a sentir mal.

Sin embargo, el martes la policía detuvo a seis empleados del establecimiento y, en el comunicado emitido este jueves, asegura que están siendo investigadas por su responsabilidad en la muerte del empresario, que falleció por broncoaspiración después de que su cuerpo entrara en colapso por el alcohol que había consumido y las drogas que presuntamente le suministraron.

En un comunicado inusualmente detallado sobre los hechos de aquella noche, la Fiscalía cuenta que los empleados del local llevaron a la víctima a una sala privada en la planta baja del local, donde estuvo acompañado de cuatro bailarinas contratadas del Black Royce.

Se llaman Aritzi Abril, Ana Karen, Cecilia y Ana Karen de nuevo, según los nombres que ha proporcionado la autoridad. Estas mujeres “ordenaron bebidas y suministraron sustancias a la víctima”, que todavía están siendo investigadas por la Fiscalía para determinar su procedencia. Después, Arenas paga una cantidad desorbitada por las cuatro botellas que ordenaron, 40.000 pesos según Milenio, y sigue en el local.

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