Alegna González (Ojinaga, Chihuahua, 22 años) sabe que la clave para disfrutar sus primeros Juegos Olímpicos es blindar su mente. La presión sobre los deportistas mexicanos se dispara en las pruebas en las que, históricamente, se ha ganado una medalla. González quiere ganar, como todas, pero se enfoca en un proceso transversal de más de dos ciclos olímpicos en la marcha. “Terminar dentro del top 10 es un gran paso, sobre todo para los jóvenes. Mucha gente no ve esa parte, solo ven las medallas”, cuenta a EL PAÍS.

Alegna González creció cobijada por el atletismo en Ojinaga. Sus tíos tenían un club deportivo en el que entrenaban a niños. “A mí me gustaba retarlos a carreritas. No me interesaban otros deportes. En la escuela no le competía a las niñas, sino a los niños. Era muy competitiva”, cuenta la marchista que debía entrenar en el atardecer por el calor extremo del norte de México.

“Me acostumbré a los climas extremos. Algo que no es a favor es que Ojinaga es un lugar con baja altitud. Al venir a la Ciudad de México a vivir y entrenar me costó mucho. Los primeros días que viajo no me siento tan bien”, menciona González. Su madre, Yadyra, la educó junto a su abuela, Ángela. Son sus dos pilares emocionales. “Ella decidió vivir su vida soltera y estoy orgullosa por lo que hizo por mi hermano y por mí. Fue una muestra de empoderamiento porque me supo sacar adelante”, explica. El nombre al revés de Alegna es el nombre de su abuela.

Cuando Alegna González brilló tuvo que mudarse a Ciudad de México para potenciar su carrera y estudiar. Pero su madre, que trabaja en una agencia aduanal, se opuso. “No vas, no vas’, me decía. Media familia habló con ella para que me dejara ir. No sé cómo le hicimos para que se subiera a un avión conmigo y me llevara a la capital”, cuenta la licenciada en Ciencias del Deporte.

González despuntó desde muy joven. Su primer gran éxito fue cuando ganó los 10.000 metros en el Mundial juvenil de atletismo en 2018. También ganó en torneos panamericanos y en el campeonato mundial de caminata se quedó con el oro en la prueba de los 10 kilómetros. Pero se decantó por participar en la marcha de 20 kilómetros. Ese mismo año ganó el Premio Nacional del Deporte, uno de los mayores galardones para los deportistas mexicanos.

“Todos los días entrenas, le pones carga a las piernas, haces tu trabajo. En una competencia no solo gana el que está preparado porque todos lo hacen. La última parte de la competencia es en la que te enfocas más y luchar por ganar. Todos estamos en una lucha constante. Tu mente te ayuda a la última parte. Y eso me ha funcionado”, explica González. La mexicana dio la marca para Tokio con 1:30:21 horas en un campeonato en República Checa, en 2019. Antes de los Juegos Olímpicos, Alegna González bajó su marca a 1:28:39 en un gran premio en La Coruña, en España.

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