Dak Prescott y los Cowboys quieren cambiar la narrativa.
Prescott jugará su primer juego de Playoff desde 2018, después de una de sus mejores campañas como profesional, al frente de una ofensiva que lideró la liga en puntos (31.2) y yardas por partido (407).
Prescott, además, fue líder de la NFL con ocho juegos con al menos 100 puntos de rating (un récord de la franquicia) y al menos tres pases de touchdown.
Pero, nada de eso será relevante si el quarterback de Dallas no es capaz de llevar a su equipo al menos hasta el Juego por el Campeonato de la NFC, medio año después de firmar una extensión de contrato por cuatro años y 160 millones de dólares.
Dallas recibe este domingo a los San Francisco 49ers en uno de los juegos del Super Wild Card Weekend.
Los Niners ganaron 10 juegos en la campaña regular y ese es justo el tipo de rival que se le ha complicado a los Cowboys.
Dallas tiene récord de 1-4 ante oponentes que ganaron 10 o más juegos. Solo pudieron vencer a los New England Patriots (en tiempo extra); perdieron ante Tampa Bay, Kansas City, Las Vegas y Arizona.
Cuando los 49ers tengan el balón
Una de las claves de este duelo será el plan de los Cowboys para contener al wide receiver Deebo Samuel, uno de los jugadores más dinámicos de la NFL.
Samuel no solo atrapa balones, también es usado como running back en la ofensiva de San Francisco y hasta es capaz de lanzar uno que otro pase, como hizo la semana pasada con un envío a las diagonales en el duelo ante los Rams.
Samuel terminó la temporada con 77 recepciones para 1,405 yardas, además de 365 yardas por la vía terrestre y un total de 14 anotaciones.
La velocidad es una de las armas de la defensa de Dallas y todo comienza con el linebacker novato Micah Parsons, quien será muy importante cuando Samuel sea usado en los “end-arounds” y “jet-sweeps” que tanto le gustan al coach Kyle Shanahan.
Cuando Samuel esté en su faceta de wide receiver, el cornerback Trevon Diggs será el responsable de este unicornio de los Niners.
Diggs fue líder de la liga con 11 intercepciones y terminó segundo con 21 pases defendidos, pero en su deseo de siempre ir por el balón, también permitió muchas jugadas grandes: 907 yardas y 16.8 por recepción.
Es verdad que Diggs ha sido espectacular esta campaña, pero Jimmy Garoppolo debe correr el riesgo de retarlo.
Los 49ers tienen récord de 7-0 en 2021 cuando Garoppolo no es interceptado.
Cuando los Cowboys tengan el balón
En las derrotas ante esos equipos de 10 o más triunfos, Dallas fue incapaz de correr el balón. A veces tuvieron que abandonar la carrera por irse abajo en el marcador y otras simplemente no pudieron establecer esa parte del juego.
Los Cowboys promediaron 62.5 yardas en los reveses ante Tampa Bay, Kansas City, Las Vegas y Arizona.
Ezekiel Elliott terminó 2021 con un promedio de 58.9 yardas terrestres por juego, el más bajo de su carrera; Tony Pollard aportó otras 47.9.
Si Dallas nuevamente sufre para correr el balón, Prescott tendrá la responsabilidad de poner los puntos en el marcador.
El perímetro de San Francisco, con los cornerbacks Josh Norman, Emmanuel Moseley y el novato Ambry Thomas, tendrán que lidiar con uno de los mejores cuerpos de wide receivers de la liga: CeeDee Lamb (1,102 yardas, 6 touchdowns), Amari Cooper (865-8) y Cedrick Wilson, quien tomó el lugar del lesionado Michael Gallup y ha respondido con 6 touchdowns.
Los backs defensivos de 49ers necesitará de mucha ayuda del front-7, que incluye a Nick Bosa, responsable de 15.5 de las 48 capturas de quarterback de San Francisco, además de 21 tacleadas para pérdida de yardas.
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